Hoy es el Día Nacional de Francia, en recuerdo de la toma de la famosa prisión y fortaleza de La Bastilla, hacia la cual avanzó el pueblo animado por los discursos de los oradores padres de la Revolución.
Se abren las puertas de la Historia moderna que tuvo en la Revolución francesa su primer hito trascendental.
El pueblo de París toma La Bastilla al conocerse la intención de Luis XVI de enviar tropas para someter la rebelión popular. Se inicia el derrumbe de la monarquía
En 1788, Luis XVI de Borbón convocó a los Estados Generales (parlamento) donde estaban representados los principales sectores de la sociedad. El propósito del monarca era imponer más impuestos y contribuciones a la naciente burguesía para cubrir los excesivos gastos de la Corona. El Tercer Estado estaba integrado por representantes de la burguesía y la pequeña burguesía. El inicio de las sesiones de los Estados Generales se llevó a cabo en una atmósfera de antagonismos. La Monarquía se apoyaba en el sistema feudal, la nobleza y el clero. La gran masa de campesinos se encontraban en la miseria y brutalmente explotados. La naciente burguesía protestaba por los crecientes impuestos y las trabas feudales al comercio. Una extendida crisis resquebrajaba los cimientos de la Corona.
En los días que antecedieron a la toma de La Bastilla, el palacio de Versalles fue rodeado de una multitud que protestaba los abusos de Luis XVI y expresaba su rechazo a la reina María Antonieta de Habsburgo-Lorena, una austriaca que se había granjeado el odio del pueblo por su afición al lujo y sus intrigas con la aristocracia. El Tercer Estado, el más numeroso, se declaró Asamblea Nacional y dispuso que no reconocía autoridad al Rey para disolverla.
Luis XVI cerró las puertas del salón donde se celebran las reuniones y concentró a 20.000 soldados en París con el fin de liquidar los ímpetus revolucionarios del Tercer Estado. El 12 de julio un regimiento real, integrado por reclutas alemanes, cargó sobre la multitud causando muertos y provocando la indignación popular.
El llamado a insurrección sacudió a París. El pueblo saqueó los depósitos de armas. Un comité popular, reunido en la sede del Ayuntamiento, ordenó la construcción de 50.000 bayonetas. El 14 corrió el rumor de que las tropas reales marchaban sobre París y que la fortaleza de La Bastilla apuntaba sus cañones contra el Hotel de Ville, lugar de concentración popular. Un regimiento de la Guardia Nacional se pasó al lado de los revolucionarios y comenzó el asalto a La Bastilla. Durante más de cuatro horas se combatió alrededor de sus muros hasta que la fortaleza cayó en manos del pueblo, lo que abrió al camino a la victoria de la revolución burguesa en Francia
El pueblo de París toma La Bastilla al conocerse la intención de Luis XVI de enviar tropas para someter la rebelión popular. Se inicia el derrumbe de la monarquía
En 1788, Luis XVI de Borbón convocó a los Estados Generales (parlamento) donde estaban representados los principales sectores de la sociedad. El propósito del monarca era imponer más impuestos y contribuciones a la naciente burguesía para cubrir los excesivos gastos de la Corona. El Tercer Estado estaba integrado por representantes de la burguesía y la pequeña burguesía. El inicio de las sesiones de los Estados Generales se llevó a cabo en una atmósfera de antagonismos. La Monarquía se apoyaba en el sistema feudal, la nobleza y el clero. La gran masa de campesinos se encontraban en la miseria y brutalmente explotados. La naciente burguesía protestaba por los crecientes impuestos y las trabas feudales al comercio. Una extendida crisis resquebrajaba los cimientos de la Corona.
En los días que antecedieron a la toma de La Bastilla, el palacio de Versalles fue rodeado de una multitud que protestaba los abusos de Luis XVI y expresaba su rechazo a la reina María Antonieta de Habsburgo-Lorena, una austriaca que se había granjeado el odio del pueblo por su afición al lujo y sus intrigas con la aristocracia. El Tercer Estado, el más numeroso, se declaró Asamblea Nacional y dispuso que no reconocía autoridad al Rey para disolverla.
Luis XVI cerró las puertas del salón donde se celebran las reuniones y concentró a 20.000 soldados en París con el fin de liquidar los ímpetus revolucionarios del Tercer Estado. El 12 de julio un regimiento real, integrado por reclutas alemanes, cargó sobre la multitud causando muertos y provocando la indignación popular.
El llamado a insurrección sacudió a París. El pueblo saqueó los depósitos de armas. Un comité popular, reunido en la sede del Ayuntamiento, ordenó la construcción de 50.000 bayonetas. El 14 corrió el rumor de que las tropas reales marchaban sobre París y que la fortaleza de La Bastilla apuntaba sus cañones contra el Hotel de Ville, lugar de concentración popular. Un regimiento de la Guardia Nacional se pasó al lado de los revolucionarios y comenzó el asalto a La Bastilla. Durante más de cuatro horas se combatió alrededor de sus muros hasta que la fortaleza cayó en manos del pueblo, lo que abrió al camino a la victoria de la revolución burguesa en Francia
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