La columna del Diablo: Chávez y la eficacia
De nuevo el Presidente Chávez insistió en la eficacia de todos los organismos del Estado para atender los problemas de la población.
En la coyuntura actual, cuando la oposición intenta socavar al Gobierno Bolivariano e insiste, una vez más, en el camino de la aventura golpista, el proceso revolucionario debe justificarse ante las amplias capas populares por su eficacia en responder a las necesidades y exigencias del pueblo a diferencia de la irresponsabilidad y descomposición de los gobiernos de la Cuarta República.
La eficacia en el ejercicio del gobierno es una regla de oro para lograr la confianza y el respaldo del pueblo. Todos los funcionarios del Estado están obligados a ser eficaces, pero con más razón los alcaldes y autoridades municipales por ser éstas quienes ejercen funciones más cerca de los “ojos y oídos” del pueblo.
El Presidente Chávez ha hecho recomendaciones a los funcionarios del Estado que son apropiadas citarlas: “debemos estar en primera línea, en los pueblos, en los barrios, en los caseríos, llegar de mañanita a la escuela a ver si es verdad que los muchachitos están desayunando en la Escuela Bolivariana; a la hora del deporte a ver si es verdad que tienen la pelota y el entrenador, llegar hasta donde están haciendo la vivienda a ver si es verdad que están haciendo las viviendas. Hacer asambleas en todas partes para oír las críticas del pueblo... Nuestro compromiso es con el pueblo…”.
Para ser eficaces hay que seguir el consejo de Chávez: “hablar con el pueblo, oír cómo ruge, cómo llora, cómo siente, cómo ama y cómo palpita”.
De nuevo el Presidente Chávez insistió en la eficacia de todos los organismos del Estado para atender los problemas de la población.
En la coyuntura actual, cuando la oposición intenta socavar al Gobierno Bolivariano e insiste, una vez más, en el camino de la aventura golpista, el proceso revolucionario debe justificarse ante las amplias capas populares por su eficacia en responder a las necesidades y exigencias del pueblo a diferencia de la irresponsabilidad y descomposición de los gobiernos de la Cuarta República.
La eficacia en el ejercicio del gobierno es una regla de oro para lograr la confianza y el respaldo del pueblo. Todos los funcionarios del Estado están obligados a ser eficaces, pero con más razón los alcaldes y autoridades municipales por ser éstas quienes ejercen funciones más cerca de los “ojos y oídos” del pueblo.
El Presidente Chávez ha hecho recomendaciones a los funcionarios del Estado que son apropiadas citarlas: “debemos estar en primera línea, en los pueblos, en los barrios, en los caseríos, llegar de mañanita a la escuela a ver si es verdad que los muchachitos están desayunando en la Escuela Bolivariana; a la hora del deporte a ver si es verdad que tienen la pelota y el entrenador, llegar hasta donde están haciendo la vivienda a ver si es verdad que están haciendo las viviendas. Hacer asambleas en todas partes para oír las críticas del pueblo... Nuestro compromiso es con el pueblo…”.
Para ser eficaces hay que seguir el consejo de Chávez: “hablar con el pueblo, oír cómo ruge, cómo llora, cómo siente, cómo ama y cómo palpita”.
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