Los responsables de Cantaura están plenamente identificados y no puede ser que anden por los calles. No hay nada peor para el país que la impunidad histórica.
El 4 de Octubre de 1982, 400 efectivos de la FAN y la Disip atacaron a un grupo de jóvenes del Frente Americo Silva en Cantaura y asesinaron a 23 de ellos en la mas sangrienta operación en contra de la juventud insurgente en Venezuela.
No solo fue la superioridad numérica sino también el equipo belico utilizado, aviones bronco, camberras y helicópteros artillados, la pregunta es la misma: Porque no se insto a la rendición de los camaradas guerrilleros sino que se opto por la peor de las alternativas: El Genocidio.
Hoy, todo el país conoce como se produjo la operación militar contrainsurgente de Cantaura aquel 4 de octubre de 1982. La aviación militar partió de Maracay con rumbo al oriente del país. La localización del blanco estaba en las siguientes coordenadas geográficas: 09° 18’ 40" de Latitud Norte y 64° 21’ 34" de Longitud Oeste en el Estado Anzoátegui.
El amanecer comenzó primero con los bombardeos de la Aviación militar que dejó caer decenas de racimos de bombas justo en el blanco que le habían señalado en las cercanías de Cantaura. Ya habían cercado la zona un grupo comando de la DISIP y tropas del ejército, luego empezaron a ametrallar el campamento de guerrilleros y jóvenes estudiantes, todo herido era rematado con tiro de gracia; el resultado fue el asesinato de 23 jóvenes.
Casi nadie se acuerda del hecho, menos de la fecha, 4 de octubre de 1982. Era la época de la Venezuela saudita, en las radios se promocionaba la canción de “la Sifrina de Caurimare”, la clase media viajaba a Miami (como aun lo siguen haciendo) e impusieron la frase del “ta`barato dame dos”.
Hoy sólo se conoce que en la zona de Cantaura se iba a realizar un pleno de la Dirección Nacional de Bandera Roja con el Frente Guerrillero Américo Silva. En ella participarían la dirigencia estudiantil de dicho partido, de ahí la cantidad de víctimas jóvenes desarmadas. Se comenta una y otra vez que se violaron todas las normas de seguridad de organización clandestina, se grita que hubo delaciones, que la Disip tenía infiltrada Bandera Roja, que en el pueblo de Cantaura se hablaba de reunión de guerrilleros y muchas otras cosas.
Pero cabe preguntarse (desde la lógica del Estado Burgués), si ya los cuerpos de seguridad de Estado los tenían identificados, ubicados geográficamente hasta con coordenadas para ordenar un bombardeo de la aviación militar, si para el momento de los sucesos ya la guerrilla estaba casi extinguida en el país: ¿Por qué no los detuvieron? ¿Por qué había que actuar con saña y asesinar a todos los sobrevivientes?
Las respuestas a las interrogantes anteriores, se puede encontrar en el hecho que los gobiernos de la IV República estaban arrodillados ante los designios del imperio yanqui. Los militares venezolanos se entrenaban en la Escuela de las Américas, donde aprendían a torturar, perseguir, asesinar, masacrar y a desaparecer. Por cierto que la práctica de las desapariciones fue estrenada o iniciada por primera vez en este país, cuando mandaba el viejito matón de Raúl Leoni.
“Cuando se produce la masacre de Cantaura habían cambiado ya los conceptos de contrainsurgencia.
Durante los años de Kennedy, la contrainsurgencia se inspiraba en la idea de cortarle a los guerrilleros la base social. El ejército y las policías tenían que trabajar, ante todo, a la población campesina para que ella rehusara el apoyo a los guerrilleros.
Sólo después de aislarlos, los guerrilleros debían sufrir el acoso militar de la contrainsurgencia. Con Reagan y aún antes, aparece otra doctrina. Al foco guerrillero hay que exterminarlo aún en sus más incipientes manifestaciones.
Permitir que subsista, así sea larvado, constituye un grave peligro. Una guerrilla que arraiga o se mantiene resulta indestructible.” Palabras tomadas de artículo de prensa de Domingo Alberto Rangel. Suplemento cultural de Últimas Noticias. 18 de octubre de 1987.
Cómo se puede explicar, la masacre de Cantaura, si ya en Venezuela estaba instaurado el bipartidismo (Adecocopeyano), el sistema democrático representativo estaba en pleno apogeo y era la vitrina de América.
Pero, para que sepan los incrédulos, el imperialismo es así, estaba decidida una doctrina contrainsurgente y había que aplicarla a toda costa. Para maquillar la vaina, estaban los medios de comunicación con Venenovisión a la cabeza y RCTV peleándole el ratings, ya habían inventado la matriz de opinión:
Durante arduos enfrentamientos entre guerrilleros fuertemente armados y un pelotón de militares haciendo ejercicios matutinos que por casualidad se topó con el campamento de los insurgentes, el resultado fue de 23 guerrilleros muertos.
Problemas con la conmemoración de la Masacre
(Tomado de libro La Masacre de Cantaura de Alexis Rosas)
En el año 1983 miembros de Bandera Roja, todavía en la lucha armada, se negaron que en el acto hablara Jose Vicente Rangel, a pesar de que éste había sido el mas enconado denunciante de la masacre.
Rangel era el candidato presidencial y Alí Primera candidato al Congreso Nacional por un grupo de partidos de izquierda. Los miembros de Bandera Roja, en tanto partidarios de la lucha armada, eran abstencionistas.
Además Bandera Roja se sentía con derecho a cogerse para ellos el acto como si éste fuera una franquicia de la cual tenían la exclusividad y no una concentración anual de profundo sentimiento humano para condenar el genocidio.
La noche que pretendieron quitarle el micrófono a José Vicente, Alí Primera, quien lo había invitado, protesto la acción anunciando que no cantaría en el acto si persistía esa actitud. Los estudiantes de las diferentes universidades del País lo secundaron.
Al final Rangel pudo intervenir y fue esa noche cuando Alí cantando a pleno pulmón con su recia voz de combatiente, desparramó aquella frase demoledora que es un homenaje a los luchadores dispuestos a dejar el pellejo en el camino de las creencias y que se han quedado para siempre en el corazón de los venezolanos “LOS QUE MUEREN POR LA VIDA NO PUEDEN LLAMARSE MUERTOS”
Ya en el 2002 después que Bandera Roja se pasó a la derecha para formar parte de la guarimba contra Chávez no se le permitió a sus dirigentes montar mas tarimas en Cantaura. A partir de ese momento dejaron de participar en los futuros actos pues a juicio de los familiares de los 23 jovenes insurgentes traicionaron los principios por los cuales éstos murieron.
“algunos de los guerrilleros de los años 60, 70 y 80 han hecho mutis ante los llamados a formar un movimiento que rescate la memoria del país sobre los crímenes cometidos por los gobiernos de esos años violentos. No quieren hablar de eso. Prefieren olvidar, unos porque, como el caso de Bandera Roja, han adoptado otra actitud y otros porque la vida misma los ha acobardado.
Finalmente están aquellos que en la actualidad ocupan buenos cargos y contrario a lo que les sucedía en la juventud, no quieren meterse en problemas. Pero los hay quienes si quieren llevar este asunto hasta el final, hasta que quede la evidencia cierta del crimen.
La Revolución Bolivariana sigue en deuda con hacer justicia ante dicha masacre:
Se conoce del empeño y esfuerzo de los familiares y amigos de las víctimas, así como de los sobrevivientes de la masacre, por hacer justicia y llevar a los responsables y autores de los asesinatos de los 23 jóvenes a la cárcel, pero el sistema judicial venezolano sigue siendo el puntal del estado burgués.
La Asamblea Nacional nombró una comisión para investigar los casos de violación de derechos humanos, asesinatos y desapariciones durante la IV República, pero nada de nada, todo se quedó en promesas.
Qué esperan los parlamentarios para agilizar las investigaciones, está clarito, que Chávez nombre una comisión investigadora presidencial (parecida a la habilitante).
“Este proceso está en mora con las exigencias por establecer responsabilidades de la violencia contra los derechos humanos del pasado. Los responsables de Cantaura están plenamente identificados y no puede ser que anden por los calles. No hay nada peor para el país que la impunidad histórica.
Las víctimas de la masacre
Roberto Antonio Rincón Cabrera “Catire Rincon”(1er Comandante)
Emperatriz Guzmán Cordero “Comandante Sonia”
Enrique Márquez Velásquez “Florencio” (2do. Comandante)
Carlos Raúl Hernández Anzola
José Miguel Núñez “Zanahoria”
Mauricio Tejada “Plaza”
Ildemar Lorenzo Morillo “Rafael”
María Luisa Estévez Arraiz “ “Natacha”
Beatriz del Carmen Jiménez “Mayra”
Baudilio Valdemar Herrera Veracierta “ Robin”
Jorge Luis Becerra Navarro “Gilberto”
Euménides Gutiérrez Rojas “
Diego Alfredo Alonso Carrasquel “ Alejandro”
Eusebio Ricardo Martel Daza “Domingo”
Julio César Farías Mejías “Miguel”
Rubén Alfredo Castro Batista
Nelson Antonio Pacín Collazo
Carlos Alberto Zambrano Mira
Sorfanny Alfonso Salazar “Patricia”
Luis José Gómez “ Pomponio”
Antonio María Echegarreta Hernández “Ramon”
Carmen Rosa García “Rossy”
Los responsables de la masacre
Dr. Luis Herrera Campins (Presidente de la República) General Narvaez Churion Gorila de Uniforme, General Murga Cabrices (Jefe de la Guarnición Militar de Maturín), Luciano Valero (Ministro de Relaciones Interiores)
Remberto Uzcátegui (Director de la Disip), Arpad Bango y Henry López Sisco (Disip), Alirio y Norberto Rabanales (Disip infiltrados en el frente Américo Silva)
El 4 de Octubre de 1982, 400 efectivos de la FAN y la Disip atacaron a un grupo de jóvenes del Frente Americo Silva en Cantaura y asesinaron a 23 de ellos en la mas sangrienta operación en contra de la juventud insurgente en Venezuela.
No solo fue la superioridad numérica sino también el equipo belico utilizado, aviones bronco, camberras y helicópteros artillados, la pregunta es la misma: Porque no se insto a la rendición de los camaradas guerrilleros sino que se opto por la peor de las alternativas: El Genocidio.
Hoy, todo el país conoce como se produjo la operación militar contrainsurgente de Cantaura aquel 4 de octubre de 1982. La aviación militar partió de Maracay con rumbo al oriente del país. La localización del blanco estaba en las siguientes coordenadas geográficas: 09° 18’ 40" de Latitud Norte y 64° 21’ 34" de Longitud Oeste en el Estado Anzoátegui.
El amanecer comenzó primero con los bombardeos de la Aviación militar que dejó caer decenas de racimos de bombas justo en el blanco que le habían señalado en las cercanías de Cantaura. Ya habían cercado la zona un grupo comando de la DISIP y tropas del ejército, luego empezaron a ametrallar el campamento de guerrilleros y jóvenes estudiantes, todo herido era rematado con tiro de gracia; el resultado fue el asesinato de 23 jóvenes.
Casi nadie se acuerda del hecho, menos de la fecha, 4 de octubre de 1982. Era la época de la Venezuela saudita, en las radios se promocionaba la canción de “la Sifrina de Caurimare”, la clase media viajaba a Miami (como aun lo siguen haciendo) e impusieron la frase del “ta`barato dame dos”.
Hoy sólo se conoce que en la zona de Cantaura se iba a realizar un pleno de la Dirección Nacional de Bandera Roja con el Frente Guerrillero Américo Silva. En ella participarían la dirigencia estudiantil de dicho partido, de ahí la cantidad de víctimas jóvenes desarmadas. Se comenta una y otra vez que se violaron todas las normas de seguridad de organización clandestina, se grita que hubo delaciones, que la Disip tenía infiltrada Bandera Roja, que en el pueblo de Cantaura se hablaba de reunión de guerrilleros y muchas otras cosas.
Pero cabe preguntarse (desde la lógica del Estado Burgués), si ya los cuerpos de seguridad de Estado los tenían identificados, ubicados geográficamente hasta con coordenadas para ordenar un bombardeo de la aviación militar, si para el momento de los sucesos ya la guerrilla estaba casi extinguida en el país: ¿Por qué no los detuvieron? ¿Por qué había que actuar con saña y asesinar a todos los sobrevivientes?
Las respuestas a las interrogantes anteriores, se puede encontrar en el hecho que los gobiernos de la IV República estaban arrodillados ante los designios del imperio yanqui. Los militares venezolanos se entrenaban en la Escuela de las Américas, donde aprendían a torturar, perseguir, asesinar, masacrar y a desaparecer. Por cierto que la práctica de las desapariciones fue estrenada o iniciada por primera vez en este país, cuando mandaba el viejito matón de Raúl Leoni.
“Cuando se produce la masacre de Cantaura habían cambiado ya los conceptos de contrainsurgencia.
Durante los años de Kennedy, la contrainsurgencia se inspiraba en la idea de cortarle a los guerrilleros la base social. El ejército y las policías tenían que trabajar, ante todo, a la población campesina para que ella rehusara el apoyo a los guerrilleros.
Sólo después de aislarlos, los guerrilleros debían sufrir el acoso militar de la contrainsurgencia. Con Reagan y aún antes, aparece otra doctrina. Al foco guerrillero hay que exterminarlo aún en sus más incipientes manifestaciones.
Permitir que subsista, así sea larvado, constituye un grave peligro. Una guerrilla que arraiga o se mantiene resulta indestructible.” Palabras tomadas de artículo de prensa de Domingo Alberto Rangel. Suplemento cultural de Últimas Noticias. 18 de octubre de 1987.
Cómo se puede explicar, la masacre de Cantaura, si ya en Venezuela estaba instaurado el bipartidismo (Adecocopeyano), el sistema democrático representativo estaba en pleno apogeo y era la vitrina de América.
Pero, para que sepan los incrédulos, el imperialismo es así, estaba decidida una doctrina contrainsurgente y había que aplicarla a toda costa. Para maquillar la vaina, estaban los medios de comunicación con Venenovisión a la cabeza y RCTV peleándole el ratings, ya habían inventado la matriz de opinión:
Durante arduos enfrentamientos entre guerrilleros fuertemente armados y un pelotón de militares haciendo ejercicios matutinos que por casualidad se topó con el campamento de los insurgentes, el resultado fue de 23 guerrilleros muertos.
Problemas con la conmemoración de la Masacre
(Tomado de libro La Masacre de Cantaura de Alexis Rosas)
En el año 1983 miembros de Bandera Roja, todavía en la lucha armada, se negaron que en el acto hablara Jose Vicente Rangel, a pesar de que éste había sido el mas enconado denunciante de la masacre.
Rangel era el candidato presidencial y Alí Primera candidato al Congreso Nacional por un grupo de partidos de izquierda. Los miembros de Bandera Roja, en tanto partidarios de la lucha armada, eran abstencionistas.
Además Bandera Roja se sentía con derecho a cogerse para ellos el acto como si éste fuera una franquicia de la cual tenían la exclusividad y no una concentración anual de profundo sentimiento humano para condenar el genocidio.
La noche que pretendieron quitarle el micrófono a José Vicente, Alí Primera, quien lo había invitado, protesto la acción anunciando que no cantaría en el acto si persistía esa actitud. Los estudiantes de las diferentes universidades del País lo secundaron.
Al final Rangel pudo intervenir y fue esa noche cuando Alí cantando a pleno pulmón con su recia voz de combatiente, desparramó aquella frase demoledora que es un homenaje a los luchadores dispuestos a dejar el pellejo en el camino de las creencias y que se han quedado para siempre en el corazón de los venezolanos “LOS QUE MUEREN POR LA VIDA NO PUEDEN LLAMARSE MUERTOS”
Ya en el 2002 después que Bandera Roja se pasó a la derecha para formar parte de la guarimba contra Chávez no se le permitió a sus dirigentes montar mas tarimas en Cantaura. A partir de ese momento dejaron de participar en los futuros actos pues a juicio de los familiares de los 23 jovenes insurgentes traicionaron los principios por los cuales éstos murieron.
“algunos de los guerrilleros de los años 60, 70 y 80 han hecho mutis ante los llamados a formar un movimiento que rescate la memoria del país sobre los crímenes cometidos por los gobiernos de esos años violentos. No quieren hablar de eso. Prefieren olvidar, unos porque, como el caso de Bandera Roja, han adoptado otra actitud y otros porque la vida misma los ha acobardado.
Finalmente están aquellos que en la actualidad ocupan buenos cargos y contrario a lo que les sucedía en la juventud, no quieren meterse en problemas. Pero los hay quienes si quieren llevar este asunto hasta el final, hasta que quede la evidencia cierta del crimen.
La Revolución Bolivariana sigue en deuda con hacer justicia ante dicha masacre:
Se conoce del empeño y esfuerzo de los familiares y amigos de las víctimas, así como de los sobrevivientes de la masacre, por hacer justicia y llevar a los responsables y autores de los asesinatos de los 23 jóvenes a la cárcel, pero el sistema judicial venezolano sigue siendo el puntal del estado burgués.
La Asamblea Nacional nombró una comisión para investigar los casos de violación de derechos humanos, asesinatos y desapariciones durante la IV República, pero nada de nada, todo se quedó en promesas.
Qué esperan los parlamentarios para agilizar las investigaciones, está clarito, que Chávez nombre una comisión investigadora presidencial (parecida a la habilitante).
“Este proceso está en mora con las exigencias por establecer responsabilidades de la violencia contra los derechos humanos del pasado. Los responsables de Cantaura están plenamente identificados y no puede ser que anden por los calles. No hay nada peor para el país que la impunidad histórica.
Las víctimas de la masacre
Roberto Antonio Rincón Cabrera “Catire Rincon”(1er Comandante)
Emperatriz Guzmán Cordero “Comandante Sonia”
Enrique Márquez Velásquez “Florencio” (2do. Comandante)
Carlos Raúl Hernández Anzola
José Miguel Núñez “Zanahoria”
Mauricio Tejada “Plaza”
Ildemar Lorenzo Morillo “Rafael”
María Luisa Estévez Arraiz “ “Natacha”
Beatriz del Carmen Jiménez “Mayra”
Baudilio Valdemar Herrera Veracierta “ Robin”
Jorge Luis Becerra Navarro “Gilberto”
Euménides Gutiérrez Rojas “
Diego Alfredo Alonso Carrasquel “ Alejandro”
Eusebio Ricardo Martel Daza “Domingo”
Julio César Farías Mejías “Miguel”
Rubén Alfredo Castro Batista
Nelson Antonio Pacín Collazo
Carlos Alberto Zambrano Mira
Sorfanny Alfonso Salazar “Patricia”
Luis José Gómez “ Pomponio”
Antonio María Echegarreta Hernández “Ramon”
Carmen Rosa García “Rossy”
Los responsables de la masacre
Dr. Luis Herrera Campins (Presidente de la República) General Narvaez Churion Gorila de Uniforme, General Murga Cabrices (Jefe de la Guarnición Militar de Maturín), Luciano Valero (Ministro de Relaciones Interiores)
Remberto Uzcátegui (Director de la Disip), Arpad Bango y Henry López Sisco (Disip), Alirio y Norberto Rabanales (Disip infiltrados en el frente Américo Silva)
3 comentarios:
al conmemorarse los 26 años de la masacre de mare mare se revive el dolor por aquellos que dieron su vida por sus ideales y rabia porque hasta ahora no se ha hecho justicia a tan abominable hecho. pero como todo tiene su hora y su tiempo estoy segura que mas tarde que temprano se hara justicias con los camaradas caidos
Y AQUELLOS QUE LUCHARON Y AHORA JUEGAN PARA EL OTRO EQUIPO, COMO GABRIEL PUERTA APONTE, PEDRO VELIZ ACUÑA Y OTROS QUIENES PÈRDIERON SU TIEMPO EN LA LUCHA REVOLUCIONARIA Y AHORA SON ASALARIADOS DEL IMPERIO Y DE ROSALES, SABEN QUE PRONTO RENDIRAN CUENTA ANTES DE DIOS, VER JUNTO A LOPEZ SISCO CON GABRIEL PUERTA Y PEDRO VELIZ SON 3 DEMONIOS DEL IMPERIO QUE ESTAN HEDIONDOS A ASUFRE. LA REVOLUCION TRIUNFARÀ!!!!! VENCEREMOS
si solo pudiera hacer un comentario , yo vivi la masacre del liceo miguel jose sanz en 1962, por lo que mi familia mi madre se involucro en las guerillas urbanas y les sirvio de hospital en esos años duros , vivi lo de cantaura en carne viva , me traslade hasta el tigre con la idea de ver si los veia y no pude , pero mis recuerdos estan aun frescos , mi madre fue la comandante rafaela de maturin , aporrea la abuela de la dignidad 3 de enero 2007
Publicar un comentario