Cumpliendo una caminata en su rutina
El presidente Hugo Chávez en su jornada matutina del primero de julio con diez minutos de rutina de caminata para su recuperación. En las gráficas aparece acompañado de sus hijas
Que ese pueblo haya parido a un hombre sencillo que ha puesto en vilo al mundo entero en relación a si vive o muere, es algo digno de una epopeya.
Que un militar de orígenes humildes y provincianos, de ancestros indios y negros, un zambo auténtico de nuestra América, quien encarna a un pueblo que lo sigue y apoya, tenga a todo el mundo – amigos y enemigos – pendientes de su enfermedad, es de verdad un hecho singular.
Es parte de la historia que los pueblos y trabajadores estamos escribiendo desde siempre.
Quienes le temen a esa fuerza popular que Chávez personifica, intentan convertir estas circunstancias en una especie de “novelón”.
Saber dónde estaban ubicadas las células cancerígenas es muy importante para ellos. Conocer de antemano si puede morir es algo que los deleita. Pero el morbo que les brota, los debilita ante los ojos del pueblo.
La humanidad y la sensibilidad de los humildes – en este caso y siempre – estarán muy por encima de la soberbia, lascivia y sordidez de los poderosos.
Para el pueblo él ya es un ser sublime. Tiene la capacidad, la fuerza, la inteligencia, la habilidad, la astucia, la capacidad histriónica, el arte, de identificarse con su pueblo. De explotar sus más altos valores y de “aprovecharse” – en el mejor sentido de la palabra – de sus crasas debilidades.
Extrañamente esa enfermedad le ha dado más autoridad a Chávez. Podrá usarla para enseñarle a su pueblo la importancia de consolidar su poder desde los barrios y condominios, desde las ciudades y los campos, en los lugares de trabajo o de estudio
A nombre de PSUV El Hatillo todo muestro aliento; todo nuestro apoyo y deseo de pronta mejoría para el comandante Chávez en estos momentos difíciles, así como nuestra decisión de combate contra los enemigos jurados del proceso bolivariano y de la segunda independencia continental
Contribuyamos todos y todas los revolucionarios a potenciar las energías positivas para que el comandante Chávez pueda también lograrlo. Al tiempo de asumir, hoy más que antes, un intenso acompañamiento en defensa de su pueblo y sus conquistas sistemáticamente amenazadas por la oposición
El presidente Hugo Chávez en su jornada matutina del primero de julio con diez minutos de rutina de caminata para su recuperación. En las gráficas aparece acompañado de sus hijas
Que ese pueblo haya parido a un hombre sencillo que ha puesto en vilo al mundo entero en relación a si vive o muere, es algo digno de una epopeya.
Que un militar de orígenes humildes y provincianos, de ancestros indios y negros, un zambo auténtico de nuestra América, quien encarna a un pueblo que lo sigue y apoya, tenga a todo el mundo – amigos y enemigos – pendientes de su enfermedad, es de verdad un hecho singular.
Es parte de la historia que los pueblos y trabajadores estamos escribiendo desde siempre.
Quienes le temen a esa fuerza popular que Chávez personifica, intentan convertir estas circunstancias en una especie de “novelón”.
Saber dónde estaban ubicadas las células cancerígenas es muy importante para ellos. Conocer de antemano si puede morir es algo que los deleita. Pero el morbo que les brota, los debilita ante los ojos del pueblo.
La humanidad y la sensibilidad de los humildes – en este caso y siempre – estarán muy por encima de la soberbia, lascivia y sordidez de los poderosos.
Para el pueblo él ya es un ser sublime. Tiene la capacidad, la fuerza, la inteligencia, la habilidad, la astucia, la capacidad histriónica, el arte, de identificarse con su pueblo. De explotar sus más altos valores y de “aprovecharse” – en el mejor sentido de la palabra – de sus crasas debilidades.
Extrañamente esa enfermedad le ha dado más autoridad a Chávez. Podrá usarla para enseñarle a su pueblo la importancia de consolidar su poder desde los barrios y condominios, desde las ciudades y los campos, en los lugares de trabajo o de estudio
A nombre de PSUV El Hatillo todo muestro aliento; todo nuestro apoyo y deseo de pronta mejoría para el comandante Chávez en estos momentos difíciles, así como nuestra decisión de combate contra los enemigos jurados del proceso bolivariano y de la segunda independencia continental
Contribuyamos todos y todas los revolucionarios a potenciar las energías positivas para que el comandante Chávez pueda también lograrlo. Al tiempo de asumir, hoy más que antes, un intenso acompañamiento en defensa de su pueblo y sus conquistas sistemáticamente amenazadas por la oposición
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