SIRIA: víctima del imperialismo global
Por Coordinadora Simón Bolívar
Comunicado sobre la posible
invasión al pueblo de Sirio por las potencias occidentales
Es el Pueblo sirio quien padece
actualmente el rigor de las nuevas guerras imperialistas, donde, cuando no
funciona los sobornos a los gobiernos de turno para que entreguen dócilmente
las riquezas de sus Naciones, se le tildan de dictadores, terroristas o narcogobiernos;
utilizando para ello, inicialmente, todo su arsenal de la mal llamada
información, creando en los espectadores, a cientos de kilómetros de distancia,
la sensación de un estado de peligro proveniente del país en cuestión.
Una vez creado el escenario virtual
en las mentes de millones de ciudadanos a escala planetaria, financian a
ejércitos de mercenarios, muchas veces conformados por los propios nacionales
del país a intervenir, con el objeto de desestabilizar el orden existente en
dicho país, atacando directamente al sistema de gobierno y muchas veces
cometiendo actos terroristas para culpabilizar a sus gobernantes principales.
Con ello promueven guerras fratricidas,
donde se “ahorran” los muertos de sus propios ejércitos, e “invirtiendo” a aquellos
que no se dan cuenta lo horrendo que es traicionar a la Patria y matar a sus
propios hermanos.
Son Al Qaeda, el gobierno de
Israel, el de Arabia Saudita y los miembros de la OTAN, los principales
colaboradores de los EE.UU. en estos perversos planes diseñados por la CIA, que
pasan por el entrenamiento, financiamiento y dotación de armas a los rebeldes
mercenarios. No ha de extrañarnos ni sorprendernos lo horrendo de tal fin, si
fue la misma Al Qaeda la entrenada, conformada y posteriormente contratada por
la CIA, para realizar el auto-atentado
de las Torres Gemelas, el 21 de septiembre de 2001.
Es Siria, hoy, el objetivo del imperio: EE.UU.-OTAN.
El imperio no es una Nación, no es
un solo gobierno. Es una red, un sistema terrorista de dominación, genocidio y
saqueo a escala planetaria, que busca adueñarse de las riquezas naturales de
los países más vulnerables militar y socialmente, y que no responden a sus
intereses político-económicos y energéticos.
Este sistema imperial utiliza
métodos tan refinados como lo son las tecnologías de la comunicación, la
industria de la producción de alimentos y el sistema bancario sionista… Pero
también métodos tan atroces como el terrorismo, los bombardeos (dizque)
selectivos, los ataques biológicos y
químicos, y las guerras neocolonialistas.
En Siria ya van por esta última
fase, con el uso de la guerra para derrocar a un gobierno que no se rindió ante
el poder del dinero para entregar las riquezas de su pueblo al imperio. En
Siria, el imperio va a rematar a un pueblo que resiste con dignidad. Van a
bombardear a niños, ancianos, población civil totalmente desarmados e
inocentes… van a destruir las escuelas, los hospitales, los museos, los
ancianatos, a comunidades enteras… van a exterminar, nuevamente, a una cultura
milenaria del planeta.
Hacen en el Medio Oriente lo que no pueden en América Latina.
En nuestras latitudes habían venido
aplicado la primera fase de su intervencionismo, como lo es el soborno, o el
“influir por debajo de la mesa”, a los gobernantes de turno. Esta relación de
subordinación gubernamental ante el imperio, aunque siempre fue combatida por
los pueblos, no fue hasta el ascenso de Hugo Rafael Chávez Frías a la
presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, que comenzó a ser
combatida desde las instancias del mismo gobierno. Chávez fue voz del
movimiento popular y revolucionario antiimperialista de América Latina y del
mundo. Y fue él, a través de sus políticas estratégicas, que logro impulsar y
consolidar todo un bloque de izquierdas en la Región que enfrentara las
políticas de dominación imperialista.
Pero ¿Qué hacer como un ciudadano común en contra del Imperialismo?
Ante todo debemos salir de nuestra
propia y mental “Zona de Exclusión” ideológica y cultural, donde permitimos, e
incluso colaboramos con el enemigo, para que nos bombardeen con sus antivalores
y sus patrones consumistas. Dejemos de consentir que el ataque se realice en
nuestros propios hogares, a través de nuestros televisores y sus
“programaciones” que persiguen inculcar el odio y la violencia, y nos enseñan a
rechazar al débil y defender al opresor. No permitamos que el enemigo nos
insulten al oído, escuchando su música de laboratorio, alienante y degradante
de nuestros valores. Neguémonos de participar en su adoctrinamiento cuando
pagamos por sus videojuegos que entrenan a los más jóvenes para una guerra fratricida.
Demos un paso al frente en la
organización popular y colectiva: organicemos o fortalezcamos los colectivos
existentes para la lucha popular revolucionaria antiimperialista; contrastemos
la información proveniente de diferentes medios; y preparémonos en las
estrategias y tácticas de las guerras asimétricas a favor del Pueblo y en
contra del imperialismo y sus intereses en nuestro suelo patrio.
¡No al intervencionismo Imperial en Siria!
¡Bolívar Vive! ¡La Lucha Sigue!
Coordinadora “Simón Bolívar"
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