La marca
Freddy J. Melo
Ante el pueblo bolivariano como sujeto de la revolución y ante las organizaciones y personalidades comprometidas con el proceso, está planteado, como es sabido, el reto de una victoria contundente del presidente Chávez en las elecciones de octubre. Contundente en términos tales que desmonte la política desestabilizadora del enemigo imperialista-oligárquico, convierta en ruido de balón desinflándose sus chillidos de fraude, le desbarate la pretensión de atribuirse el monto de la abstención y muestre la orfandad de los políticos que alquilaron el alma y patearon sus raíces nacionales. Un verdadero K.O. al imperialismo.
Freddy J. Melo
Ante el pueblo bolivariano como sujeto de la revolución y ante las organizaciones y personalidades comprometidas con el proceso, está planteado, como es sabido, el reto de una victoria contundente del presidente Chávez en las elecciones de octubre. Contundente en términos tales que desmonte la política desestabilizadora del enemigo imperialista-oligárquico, convierta en ruido de balón desinflándose sus chillidos de fraude, le desbarate la pretensión de atribuirse el monto de la abstención y muestre la orfandad de los políticos que alquilaron el alma y patearon sus raíces nacionales. Un verdadero K.O. al imperialismo.
Sobre un registro electoral de unos 18 millones la marca de la contundencia se establece alrededor de los 10, y esta cifra se ha fijado como referente para los revolucionarios.
Lograrla exige, amén de profundizar la lucha contra la corrupción y el burocratismo, la entrega consecuente de los activistas en la campaña y el despliegue cabal de la inmensa obra realizada –política, social, cultural, militar, económica, de infraestructura, de inclusión e identidad, de unidad continental y más– pese al sabotaje y la agresión ilimitada de quienes no se resignan a perder sus privilegios y ventajas.
Lograrla exige, amén de profundizar la lucha contra la corrupción y el burocratismo, la entrega consecuente de los activistas en la campaña y el despliegue cabal de la inmensa obra realizada –política, social, cultural, militar, económica, de infraestructura, de inclusión e identidad, de unidad continental y más– pese al sabotaje y la agresión ilimitada de quienes no se resignan a perder sus privilegios y ventajas.
Exige, primordialmente, el ensanchamiento de la conciencia revolucionaria, tanto en los diversos niveles de la militancia a quienes corresponde transmitir y viabilizar los lineamientos estratégicos y tácticos, como en el seno de las masas que lo deciden todo. Y tiene como base de triunfo la relación de confianza, luz y amor existente entre el líder y su pueblo.
Knock out
Freddy J. Melo
Con Hugo Chávez sobreponiéndose a otra prueba, marchamos en un año en el cual el reto de contundencia en la reelección presidencial se entrelaza e interactúa con el de la acumulación de fuerzas para el salto adelante inscrito en el horizonte del próximo sexenio.
Las energías físicas y espirituales, la capacidad de acción, creación y sueño, el despliegue de experiencias y aprendizajes de este tiempo electrizante, la voluntad entera y el alma limpia de egoísmos y mezquindades, han de marcar los pasos de los combatientes bolivarianos para, en orgánica articulación con el pueblo, producir ese avance sustantivo del proceso transformador.
El formidable hecho de la Revolución, que pese a los propios errores y limitaciones y a las agresiones incesantes de todo tipo ha venido ganando victoria tras victoria sobre sus enconados y poderosos enemigos, fundamentándose en la consustanciación de liderazgo y pueblo y en la unidad cívico-militar con sus expresiones de organización y conciencia, lleva en sí la exigencia de proseguir sin pausa y profundizándose, porque el estancamiento es antesala de muerte.
Y el camino es el mismo: más unidad cualitativa, mejor organización popular y mayor conciencia política.
Para consolidar lo conquistado, para radicalizar y profundizar el proceso, para avanzar hacia los crepúsculos que vienen –Neruda dixit– y para levantar el 7 de octubre una montaña de votos, con los cuales proseguir maniatando a la oligarquía y propinar un knock-out al imperialismo en su perverso afán de restablecer la dominación neocolonial sobre la patria de Simón Bolívar.
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